Raul Padilla, psicólogo forense explica en EuropaPress el repunte de violaciones grupales

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REPUNTE DE VIOLACIONES GRUPALES

Violaciones en grupo. Raul Padilla, psicólogo forense expone en EuropaPress una posible explicación para el repunte de violaciones grupales.

Declaraciones del psicólogo forense, sexólogo y terapeuta de pareja Raúl Padilla, quien este martes ha dicho que el mayor tiempo de ocio ha propiciado que ciertos jóvenes, influenciados por la pornografía, piensen en cometer actos como abusos o violaciones sexuales.

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Valoración de la agresión sexual

Cuando una persona ha tenido una agresión sexual y decide presentar una denuncia e iniciar con ella la búsqueda de Justicia, debería apoyar su demanda en un informe pericial psicológico de parte. Este informe debe incluir el resultado de una evaluación exhaustiva de los daños psicológicos y posibles secuelas a causa de la agresión.

Para la evaluación de la víctima usamos varias herramientas (entrevista forense, cuestionarios, test) que pueden ser aplicadas en una misma sesión, con una duración aproximada de una mañana o una tarde. Recogemos brevemente la historia vital de la víctima desde su nacimiento hasta la actualidad. Evitamos la exploración de su vida sexual pasada y presente ya que no es relevante para los peritajes psicológicos en el ámbito penal.

Cada persona es diferente y se enfrenta de forma diferente al recuerdo y al relato de hechos traumáticos. Por ello cuando llegamos a la exploración de lo que sucedió antes, durante y después de la agresión es importante que la persona se sienta lo más tranquila y abierta para recordar y relatar los hechos. La valoración de daños y secuelas siempre es en relación con el momento de la evaluación.

Abuso sexual y simulación.

Cabe señalar que es común que haya una simulación de daño por parte de la víctima. Pero, aunque es un error muy grande la simulación y hay que reflejarla en el informe pericial. Esto no quiere decir que la agresión no se haya producido, simplemente quiere decir que la persona estar exagerando los síntomas para que se le haga más caso.

Desde la sociedad se manda el mensaje de que una persona que ha pasado por una agresión sexual debe haber sufrido un cambio importante en su forma de relacionarse y de sentir. Se supone que debe sufrir y estar emocional y sexualmente muy afectada. Esto puede darse o no, y si no se da no quiere decir que la agresión no haya sido producida. La persona puede seguir con su vida y con sus relaciones restringiéndose su daño a esferas parciales que le permitan salir adelante. También puede hundirse en la más profunda de las miserias y cambiar estructuralmente su visión de la realidad.

Una persona acusada de agresión sexual puede pedir una pericial psicológica de parte que evalúe la credibilidad del testimonio de la víctima. Por otro lado también puede solicitar una revisión del informe pericial psicológico, una contrapericial.