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En el caso de personas con TEAF suele darse un desarrollo cognitivo tardío. Este retraso nos deja con adolescentes y jóvenes que no se encuentran con sus facultades suficientemente ajustadas para su edad. Así tienen dificultades para poder dirigir su vida a medio plazo con las garantías y autonomías suficientes. Por esto es recomendable, cuando se detecta la presencia de síntomas incapacitantes, la petición de una prorrogación de la patria potestad. Su objetivo es para evitar que puedan ejercer una serie de derechos para los que aún no se encuentran preparados. Para habilitar a los progenitores para iniciar acciones legales como guardianes de su custodia.

Esta prórroga sólo puede ser pedida por quienes ostentan la patria potestad por ser progenitores naturales o por haberla adquirido por adopción. Puede pedirla uno u otro indistintamente o, a ser posible, los dos, y así iniciar el proceso de prórroga. Esta tutela se extingue con la muerte del tutor, por lo que es vital nombrar un tutor en el testamento para que sea tenido en cuenta tras el deceso.

Es conveniente iniciar el procedimiento de prorrogación de la patria potestad con antelación suficiente para que la sentencia sea firme antes del cumplimiento de la mayoría de edad. En caso contrario quedaría un vacío legal en el que la patria potestad quedaría extinguida hasta que recayera la resolución. Esto supone un riesgo para la salud, las propiedades y el entorno de la persona a la que ha sobrevenido una capacidad para la que no se encuentra preparada.

Un informe pericial psicológico puede avalar la necesidad de custodia del joven aún demasiado inmaduro como para ejercerla de una manera suficientemente madura.