Cuando nos encontramos sin salida, las arenas movedizas
La trampa de las arenas movedizas.
A un nivel menos global, en nuestro entorno también vivimos una situación de falta de salida, de desesperanza. Esta situación se manifiesta en conversaciones cotidianas que cada vez se centran más en lo mal que van las cosas. Nos llegan las noticias de que tal o cuál persona de quedó sin empleo o fue embargado. Este ambiente nos puede atenazar y sumir en las farragosas arenas movedizas a las que me refería en el título de este artículo.
Si dejamos que las arenas movedizas nos atrapen no solamente no vamos a avanzar, sino que progresivamente vamos a estar más y más hundidos. No podremos ver una salida a la realidad que cada vez será más y más negra. Se producirá un fenómeno que desde la psicología se llama «indefensión».
La indefensión supone que independientemente de lo que hagamos corremos un riesgo muy grande de que nuestros miedos se cumplan. Esta falta de control percibido sobre lso sucesos de nuestro entorno irremediablemente causa problemas psicológicos.
La dependencia de factores externos en nuestra vida es algo relativo. Si bien la realidad está ahí fuera, depende de nosotros cómo la percibimos y lo que saquemos de ella. Más concretamente, depende de nuestro proceso evaluativo y de nuestro proceso motivacional.
Las personas utilizamos esquemas para relacionarnos con la realidad. Estos esquemas nos ayudan a economizar información y a tener una guía para relacionarnos con situaciones de forma habitual. El problema de los esquemas afianzados es que rara vez nos sirven para poner solución a situacionesa novedosas, por eso habría que plantearnos una pregunta:
¿Los esquemas están para servirnos, o estamos nosotros para servir a los esquemas?
Groucho Marx lo tenía meridianamente claro cuando afirmaba que «Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros.»
Factores Tóxicos
Dejar de preocuparse.
Realmente la preocupación no es útil para nada, sólo nos instala en el eterno ciclo de resolver algo que no está sucediendo en ese mismo momento perpetuando la sensación de indefensión. Algo operativo para los problemas es ocuparse de ellos. Al ocuparnos de ellos dejamos de revolucionar nuestra mente sin tracción, algo así como cuando pisamos el acelerador de un vehículo cuando no tiene marcha puesta, y la dedicamos a mover nuestra voluntad y con ello a cambiar nuestra realidad hacia algo que nos sea más agradable.
Si no me vale lo que estoy haciendo para conseguir lo que quiero, cambio lo que quiero o cambio lo que estoy haciendo.
Albert Einstein lo decía muy bien: «No pretendas obtener resultados distintos aplicando las mismas soluciones.» Nos toca evolucionar y cambiar esquemas, que, como ya comenté antes, no son más que una simplificación para que el mundo sea más sencillo… y si tampoco nos vale, igual debemos plantearnos un cambio de paradigma, un enfoque vital distinto, un cambio de perspectiva completo que haga que la realidad se ajuste a nuestras expectativas.
Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña.
El cambio emocional produce un cambio de percepción que produce un cambio manipulativo en el medio que le vuelve más accesible. Sí, tú también puedes salir de las arenas movedizas y encontrar la salida a tu túnel; pero para eso tienes que poder contar contigo.